miércoles, 27 de mayo de 2009

ALGO HUELE MAL


Las candidaturas testimoniales quedaron ya a la altura de porotos, con las perlitas que, en los últimos días, decoran el escenario preelectoral.
Boletas truchas con intenciones claras de confundir a los votantes, candidatos habilitados para el oficialismo y otros impugnados para la oposición, sospechas de fraude, mails atemorizantes que circulan por Internet y los corcoveos políticos del kirchnerismo que, por primera vez, está dando señales claras de desorientación.
El principal aliado continental del matrimonio patagónico, Hugo Chávez, metió a los K en un brete de proporciones, al nacionalizar una de las empresas del grupo Techint sin –aparentemente- dar aviso previo a la Casa Rosada, a Olivos, o a El Calafate.
Una semana antes de tomar la decisión, el militar venezolano estuvo en amistoso paseo por nuestras tierras. Lo que incluyó veladas familiares en la Patagonia. Sugestivamente, no habría mencionado el tema a sus anfitriones. .
Para colmo, un micrófono indiscreto rescató el momento en que Chávez le anticipaba informalmente al presidente brasileño, Lula Da Silva, una inminente ola de nacionalización de empresas extranjeras, que excluiría a las de la tierra de Pelé.
Chávez se declara amigo de los Kirchner. En política, la amistad tiene curiosas o inexplicables variaciones.
Dicen que la presidenta se encolerizó y, vía telefónica, pidió una desmentida oficial a su amigo venezolano.
Apenas consiguió un comunicado de compromiso, y bien lavado, de la cancillería bolivariana, en el que se adjudicó el incidente a una pequeña broma. De paso, cañazo. En el mismo comunicado, se acusó a una parte de la prensa argentina de azuzar sospechas en torno de las políticas de Chávez.
Se ha dicho más de una vez en este espacio que la prensa argentina es intolerablemente intrusiva. No contenta con molestar al matrimonio presidencial, ahora se inmiscuye en países vecinos.
Como por acto reflejo, los industriales argentinos salieron al cruce exigiendo seguridades para que la Argentina no imite el modelo chavista.
El centro quedó en el medio del área, sólo había que saltar a cabecear y convertir el gol.
Parte de la oposición reveló que el peligro estribaba en que ésa fuese “la profundización del modelo” con la que tanto blande el parche Kirchner.
Las asociaciones periodísticas no se quedaron atrás. y exigieron garantías para la libre expresión (y sobre todo, la libre comercialización) de los medios, temiendo que pudiese ocurrir lo mismo que en Venezuela: medio que critica, medio que cierra.
Todo muy turbio.
Demasiado turbio.
Mientras tanto, el Ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, se despachó a gusto por una radio (seguramente sostenida económicamente por el kirchnerismo) contra la candidata opositora Claudia Rucci, con su habitual e inflamada verborragia. Que muchas veces bordea el mal gusto y otras, directamente, el ridículo. En este caso, combinó los dos matices.
El mismo día, en otra emisora (está sí, sin ninguna duda, un bastión K), en el programa de la mañana, Luis D’Elía, como columnista, le realizó un reportaje telefónico al escrachado diputado oficialista Agustín Rossi. Imaginarán el nivel intelectual y la agudeza periodística que pudieron gozar los oyentes.
No quiero dar ideas, pero mucho me temo que estemos ante la inminencia de un “Aló, Luis”, aunque más no sea por el período que resta de campaña electoral.
En la oposición, las cosas no están mejor. Felipe Solá admite públicamente que le disgusta el sesgo que le da a la campaña Francisco De Narváez. Curiosamente, su compañero de lista.
Para mayor curiosidad, en el spot televisivo de ese mosaico políticamente indigerible que es el ProPeronismo, hablan De Narváez, Gabriela Michetti (candidata a diputada por Capital Federal) y Mauricio Macri, que no es candidato, sino jefe de gobierno porteño.
Visto desde allí, Solá tiene algún motivo para quejarse.
En el Acuerdo Cívico y Social las cosas no están mejor, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Algunos ni conocen la cara (mucho menos la plataforma electoral) de Margarita Stolbizer (cabeza de lista), y Ricardo Alfonsín (el más mediático) aparece poco y nada en los medios.
Eso sí, Elisa Carrió despacha sus predicciones apocalípticas por doquier. Aunque ella es candidata a diputada por la Capital Federal y ocupa el tercer lugar en la lista, habla por ella y por todos los candidatos de las restantes circunscripciones.
El panorama está complicado. Y se va a complicar más, si prospera el recurso presentado por un grupo de prestigiosos juristas, que ratificaron lo que se presumía: las candidaturas “testimoniales” son un fraude moral y, además, inconstitucionales, según explicaron en rueda de prensa.
Todo esto en medio de una semana en la que volvió el frío a Buenos Aires.
El frío y un penetrante mal olor.