miércoles, 20 de febrero de 2013

IDEAL PARA ESTOS TIEMPOS



Collective Soul es una banda norteamericana. Creo que ésta es su canción más bella (a pesar que tienen un repertorio variado y valioso), porque texto y melodía arman un combo de belleza y poesía como pocas veces se da en el rock.
Para potenciar los resultados, está la magnífica orquesta sinfónica que los acompaña.
A disfrutar y a emocionarse. 



                                                                              

jueves, 7 de febrero de 2013

AQUÍ LLEGA EL SOL

Cuando vi El lado luminoso de la vida (título en castellano del original Silver linings playbook), aseguré por radio que, aun no habiendo visto un par de las restantes candidatas al Oscar a la Mejor Película, elegía ésta, que me parecía imposible de superar.
La película escrita y dirigida por David O. Russell tiene la magia y el encanto de ir a fondo en un tema incómodo, difícil, con absoluta naturalidad, sin guiños forzados ni triquiñuelas simplonas y melodramáticas.  
Y con un plus, nada desdeñable por cierto: una impresionante catarata emocional que empujan, el guión por un lado, y dos actores inmensos como Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, por el otro.
La historia cuenta que Pat (Cooper), después de ocho meses en un neuropsiquiátrico vuelve a la casa de sus padres. Con serias distorsiones respecto del mundo real,  Pat quiere recuperar lo que ha perdido para siempre: el amor de una mujer que, con su engaño, provocó la reacción que obligó a internarlo.
Tiffany (Lawrence) es una chica de mala fama en el barrio. Su corazón también sangra por una pérdida, aunque con una diferencia fundamental respecto de Pat: sabe cómo son las cosas. Y también cómo le gustaría que fuesen.
Pat y Tiffany están más cerca de lo que ellos creen cuando se conocen. Tienen problemas para relacionarse no sólo por sus historias de vida, excepcionales por cierto. ¿Quién podría afirmar hoy que puede relacionarse con facilidad? Ahora, ¿no vale la pena intentarlo?
La película, entre sus muchas virtudes, ostenta una que considero primordial: la honestidad de su formulación y de su propuesta. No oculta desde el vamos lo que va a ocurrir porque aquí no importa tanto el qué sino el cómo. Acaso la gran premisa de este estupendo film es: ¿cómo juntar y pegar los pedazos de dos corazones que estallaron por el aire?
Sin grandilocuencia, pero con un ritmo narrativo sostenido y muy entretenido, El lado luminoso de la vida evoluciona con la naturalidad con la que cada día sucede al anterior, alternando humor, drama e ironía, sin perder de vista que se trata de una película acerca de cómo mejorar vidas rotas, mentes nubladas, afectos en el freezer.
Como sucede en las producciones norteamericanas que rozan la excelencia, el nivel actoral, además de los protagonistas, es superlativo. Robert De Niro y Jacki Weaver, como los padres de Pat, están para llevarlos a la mesita de luz. Los amigos de De Niro en la película, para invitarlos a tomar unas cervezas en el bar del barrio.  Más allá de las diferencias culturales, de nacionalidad y de idioma, la empatía es asombrosa: podríamos ser cualquiera de ellos. Sufrir, gozar, llorar, por la mismas cosas que ellos.
Hay un clic en la trama que conviene no pasar por alto: el momento en que De Niro (colosal, inclasificable) le dice a Cooper, su hijo en la ficción: “Cuando la vida te da una oportunidad, es un pecado no tomarla”. ¿Cuántos de estos pecados hemos cometido?
No es la primera vez que Russell se mete con los rollos entre padres e hijos, o en cuestiones familiares. En El luchador, ese perdedor inolvidable que compone Mickey Rourke quiere, más que nada, recomponer el vínculo con su hija.
Ni sombra de duda: mientras otras producciones canallescas como La noche más oscura (de la que ya me ocupé) fogonean el odio, e intentan justificar lo injustificable, merece celebrarse la aparición de un antídoto como esta película maravillosamente simple, hondamente conmovedora, en la que, además, en plena era 3.0, reaparecen las cartas de amor para cambiar las vidas de las personas.
Son demasiadas cuestiones que golpean fuerte como para resistirse a las lágrimas. Ni siquiera pudo, en la vida real, Robert De Niro (quien sabía que la historia se inspira en la de un hijo del guionista y director) durante una entrevista televisiva, en la que lagrimeó como un hombre sensible debe hacerlo.
Lleve un paquete de pañuelos de papel, abra su mente y su corazón, y disfrute.
Existen momentos en los cuales las lágrimas brotan no precisamente por la tristeza.
No cometa el pecado de perderse ese privilegio.